jueves, 21 de enero de 2010

Caricaturas de ayer y hoy

Sin duda los que nacimos en los 80´s tenemos un gran bagaje de caricaturas que nos dieron gratos momentos en nuestra infancia. Yo recuerdo con mucha nostalgia a muchas y quisiera que las televisaran de nuevo. Sé que los niños de hoy tal vez no apreciarán a un Mazinger Z o a unos Halcones Galácticos como yo lo haría incluso hoy a mis 27, porque es claro que yo no gusto en lo absoluto de I Carly! o del Chavo animado. Brecha generacional.

Lo que más me gustaba de las caricaturas-gula aparte-era la comida. Claro soy fan de la trama, los gráficos, la música… Pero la comida era suculentamente entretenida. El día que convencí a mi mamá de comprarme una hogaza como la que Heidi le dio a la abuela de Pedro me decepcioné. No se parecían.

Hoy en mí último día de dieta estricta esta remembranza me sació el apetito al menos mental:


1. La sopa con albondiguitas que la Tía Polly le servía a Tom Sawyer.

2. El pan con queso derretido, carne seca y leche de cabra que el abuelo de Heidi preparaba todos los días.

3. La hamburguesa de brontosaurio de los Picapiedra.

4. El queso gruyere por el que Jerry se arriesgaba continuamente.

5. El pan de raíz que la familia Robinson enterraba en la playa.

6. La zanahoria de Bugs Bunny que siempre mordía en antelación al “Qué hay de nuevo viejo”.

7. El gohan que comían los Supercampeones y básicamente en todas las caricaturas japonesas.

8. El esqueletito de pescado que sacaba Don Gato del bote de basura.

9. A las pitufifresas sólo les faltaba una cucharadita de cremita y una galleta María para ser perfectas.

10. La leche que bebía Laura, la niña de la pradera. (Y miren que no me gusta nadita la leche.)


Si ustedes recuerdan más, no duden en saciar el apetito de esta glotona caricaturesca.


SALUDOS YU

miércoles, 13 de enero de 2010

ZOMBIELAND

Nunca he sido fan de las películas de terror. Tardé años en lograr ver una escena completa de “It” sin sentir que el maldito payaso me iba a jalar mis patitas debajo de la cama. La verdad es que me estresan, las padezco cuando llego a ver una en el cine. Mi cuerpo permanece rígido esperando a ver en qué momento se escucha el primer alarido de horror; los vellos de mis brazos se erizan cuando hay una persecución entre psicópata y víctima, una posesión demoníaca y peor aún si se trata de apariciones fantasmagóricas. Cuando presiento que algo está próximo a espantarme, cubro mis ojos con las manos y espero a que la tétrica música termine.

La semana pasada me animé a ver una película de terror que la cartelera nos ofrece iniciado este 2010 sólo por dos motivos:

1.- Zombieland era la única película disponible en mi horario de comida.

2.-Las críticas que leí decían que no era propiamente una película de terror sino de humor negro ja.

La recomiendo porque me reí mucho, no porque sea buena.

La movie se reduce a lo siguiente:

Un mentado Columbus, wey bien loser, universitario, nerd y misántropo inadaptado (tipo The Big Bang Theory pero en tierra de zombies), va de pueblo en pueblo intentando escapar del ataque de los zombies aplicando una serie de reglas básicas de supervivencia que él ha inventado. Como tiene el síndrome del colon irritado, le da diarrea a la menor provocación y tiene que andar buscando baños decentes, aún cuando eso represente que un zombie le saque literalmente un pedo de miedo a media zurrada.

Columbus en algún momento se topa con Tallahassee, un tipo vale madres que va por la vida zombienta buscando un Twinkie Wonder de vainilla que comer. Ambos emprenden el viaje hacia el Este de los yunaites y en el camino, conocen a dos hermanas en un minimarket donde este par les baja las armas y el auto bien estúpidamente. El objetivo de las hermanas es ir Pacific Playland, un parque de diversiones que suponen, está libre de la peste de zombies.

Por si fuera poco tanta estulticia-tontería pues-las hermanas timan por segunda vez a los weyes estos, quienes ya habían conseguido una camioneta como las que rifó Elba Esther y armas de grueso calibre, tipo cartel de los Beltrán Leyva. Sólo que esta vez no los dejan varados, sino que emprenden juntos el viaje hacia Los Ángeles.

Una vez ahí, Tallahassee decide detenerse para descansar un poco, pero no en cualquier hotelucho de 5 estrellas de Hollywood, sino en la mansión de su ídolo Bill Murray. Estando ahí la hermana menor y Columbus se ponen a ver los Cazafantasmas para que ella sepa quién es el legendario actor-estos niños de hoy-, mientras que Tallahassee y Wichita juegan golf en el lobbie. Al escuchar la música, un inerte hombre se levanta con esfuerzo de una cama y camina hacia el lobbie; una vez ahí vemos a un Bill Murray hecho zombie; Wichita lo golpea con un palo de golf y éste reacciona con un cagadísimo “Ay, eso duele”. Tallahassee celebra que su ídolo no sea un zombie, hecho que éste confirma y cuya apariencia justifica diciendo que su maquillista le enseñó a caracterizarse para pasar desapercibido entre los verdaderos muertos vivientes.

Tallahassee y Murray deciden asustar a Columbus, hacerle creer que éste en verdad es un zombie. Por ello, Murray entra caminando y gimiendo cual zombie hollywodense a la sala; sin embargo, no contaba con que a pesar del grito de nena que se avienta, Columbus agarra el rifle y le mete sendo tiro en el pecho. El otro cae diciendo “Oh esto no me lo esperaba” y muere no sin antes decir “Nunca he sido bueno para las bromas”. El grupo le hace una ceremonia fúnebre, aventándolo envuelto en una sábana al patio de la casa.

Las hermanas por tercera vez huyen con el auto hacia el parque de diversiones y ellos deciden no buscarlas más. Sin embargo, el deseo de perder la virginidad de Columbus puede más y montado en una motocicleta, decide ir tras de ellas. Obviamente el wey no sabe conducirla y se estrella en el primer arbusto que se le pone en frente. Por lo que Tallahassee se conmueve y lo lleva en el auto que él ha tomado.

Al llegar al parque de diversiones, las emocionadas hermanas encienden todas las luces y juegos olvidándose de un hecho, los zombies podrán ser caníbales e irracionales, pero no son tan ineptos como ellas como para no correr hacia el parque en cuanto escuchan ruido y ven luces multicolores.

Mientras las hermanas están felices de la vida en una canoa, subiendo y bajando en el vaivén del juego, cientos de zombies llegan a lugar por lo que éstas huyen despavoridas hacia el auto. Ahí se les montan varios y terminan por arrojarlo a un muelle y no les queda de otra más que resguardarse en un juego tipo Kilauea de Six Flags. Quedan en lo alto de éste y para evitar ser devoradas al descender, le disparan al control remoto. Pero no contaban con la astucia de los zombies-repito, son irracionales, no estúpidos- quienes empiezan a escalar la estructura del juego para comérselas.

En tanto, Tallahassee y Columbus llegan al lugar; el primero saca un arsenal para matar zombies y anima al chavo para que rescate a las hermanas. Columbus corre hacia ellas mientras que el otro se encierra en un juego de destreza y desde ahí, mata a todo el zombierio que había. Columbus tiene que enfrentarse a un zombie payaso-uno de sus mayores miedos- lo cual hace más por conquistar a la chava que por valentía; le rompe la cabeza a mazazos y logra hacer descender a las hermanas.

La película termina cuando los últimos 4 humanos sanos, deciden emprender juntos el viaje y sobrevivir al ataque de los zombies en familia. Finalmente Tallahassee logra comerse un Twinkie Wonder de vainilla.


SALUDOS

YU










jueves, 7 de enero de 2010

Protexto: No a la pérdida del tiempo atado!

¿Cuál es el peor virus que puede amenazar tu computadora?

El de la paranoia.-

Es claro que en un espacio laboral, aquellos que desempeñamos un trabajo por medio de una computadora con acceso a internet, debemos optimizar nuestro tiempo para dar término a nuestras responsabilidades diarias. Pero qué sucede con el tiempo restante, el acumulado durante el día porque no demoraste en terminar; ese que quisieras disfrutar en una larga charla en el café con los amigos, en la función de las 6 de la tarde en el cine más próximo, en la caminadora del gym, o simplemente, en aplastarte en la sala de tu casa a ver televisión para ver qué te ofrece la programación antes de las 10 de la noche. Ese tiempo por desgracia se queda atado junto con nuestros traseros, al asiento de la silla, porque está prohibido levantarse de ahí aún cuando no se tengan cosas que hacer.

Aunque la idea de un trasero más plano no es de lo más apreciado por esta protestante hoy en día, he respetado la política del no abandono. Sin embargo, hasta ahora, había podido ocupar el tiempo libre de mis 10 horas de trabajo en algo más interesante que descubrir las mil y una formas en las puedo picarme los ojos, o en salirme a fumar (lo cual paradójicamente he dejado iniciado el 2010).

El internet sin duda me permitía adentrarme en la lectura de diversos espacios y por qué no, en chatear con aquellos que tenían la oportunidad de hacerlo; recientemente, el posteo en este blog o los twitts, ocupaban mi tiempo en algo útil y sano.

Gracias al plan de optimización laboral en oficinas de gobierno, estas posibilidades se han vuelto nulas a partir del 7 de enero. Las nuevas políticas de acceso a internet restringen todo lo que para los técnicos informáticos signifique distracción o peor aún, esparcimiento.

Estos eruditos piensan que de manera general, usamos el internet solamente para ver páginas pornográficas, las caídas del espectáculo más graciosas en youtube y/o buscar fotos de chicas tetonas para ponerlas como protectores de pantalla. Por eso decidieron limitar también, el acceso a páginas como twitter y facebook, entre otras, que más allá de ser medios para chismear con amigos, se han convertido en verdaderos canales de comunicación en distintas redes sociales a nivel mundial.

No hablemos del bloqueo de la tarjeta de sonido o las aplicaciones básicas de la computadora como el Paint o el Buscaminas. A este gobierno le parece más preocupante si escucho alguna rola de Jarabe de Palo mientras redacto mis notas, o rompo un récord en el nivel avanzado de ese juego chafa en mi horario de comida.

Qué decir de la instalación de programas sin licencia para realizar el trabajo. De acuerdo estoy en que no es correcto hacerlo, pero más discordante es que prohíban instalarlos sin una licencia de por medio, cuando la propia institución no te provee de ellos porque si no pueden comprar 5 discos de photoshop, mucho menos mil de office. Cuando yo les dije:

- Con qué voy a editar foto.

Me contestaron:

- Con Paint (Es decir, hacer un pastel de boda profesional en un hornito de juguete).

Lo que no tomaron en cuenta estos brutos es que también, ya lo habían bloqueado de mi equipo.

Mi protesta va más allá de esas restricciones. Estoy segura que en muchas oficinas, instituciones públicas, privadas y no gubernamentales, existen las mismas normas de trabajo. Lo que me parece absurdo es que piensen que están aplicando mecanismos óptimos de trabajo.

Qué China o Japón no han implementado la hora del ejercicio para evitar que sus trabajadores sean obesos o tengan padecimientos musculares por la falta de movilidad? Otros permiten que sus empleados escuchen música durante el día. Para qué existe la intranet si no es para que los empleados se comuniquen y envíen la información de forma más rápida y eficiente. No hablemos de las oficinas de Google o Pixar- todos hemos visto las fotos en la red- es más que claro que su estrategia es tener empleados contentos que incentiven el proceso creativo.

¿Qué opciones nos quedan a las personas que no trabajamos ahí y que además, no podemos levantarnos de nuestro lugar de trabajo?

Dormir no es una opción porque nos considerarían huevones. Bien podrían decirnos:

- A dormir a su casa.

Si escuchamos música en un mp3 o un ipod, los audífonos nos impiden estar del todo atentos del ruido ambiente y eso bien podría suponer ineptitud.

Podemos leer periódicos, libros o revistas sí, pero hasta qué grado va a ser bien visto que tengamos bibliotecas móviles en la oficina para nuestro "libre esparcimiento".

Creo que esta política está mal conducida y en el fondo demuestra la falta de confianza que se tiene en los empleados y su capacidad de actuar con ética frente al uso de internet.

Por lo pronto me mantendré activa en este espacio desde casa en horario nocturno, esperando que llegue una mente iluminada a mejorar realmente el servicio informático de la oficina.


Saludos
YU